Mensaje para el Tiempo de Pascua de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!
Con gran gozo pascual, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica saludamos a todo el pueblo católico y a las personas de buena voluntad, para compartir con ustedes un mensaje de esperanza con la fuerza resucitadora del Señor Jesús.
Celebramos los misterios centrales de la fe cristiana en los que presenciamos el paso del Señor en medio de nosotros. Hemos conmemorado la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, presentado como un rey humilde, que decidió entregar su vida por la humanidad, hasta morir en la cruz y ser glorificado por Dios saliendo victorioso del sepulcro.
Las celebraciones de esta Semana Santa nos abren ahora el horizonte a vivir la Cincuentena Pascual, un tiempo de plenitud en el que damos testimonio del amor de Jesucristo resucitado que nos ha salvado y redimido.
Sabiendo que sólo Él es nuestra esperanza, y que al mismo tiempo ha reconciliado a la humanidad con Dios, Jesús nos trae la Buena Noticia de la paz, por ello, tenemos la certeza de que solo Él es nuestra paz (Cfr. Ef. 2, 14-18).
Por ello, cuando en nuestro país atravesamos una verdadera emergencia a causa de la violencia y criminalidad que, sin precedentes, nos golpea a todos, debemos volver nuestra mirada al Señor Resucitado e implorar su presencia en medio de nosotros para que restablezca la paz en Costa Rica. Nuestra nación atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia por la cantidad de asesinatos que enlutan a nuestras familias, por la violencia que ha penetrado en todas nuestras comunidades y por el temor que se ha apoderado de la sociedad.
Los desafíos son enormes y solamente mediante una gran reconciliación nacional que incluya, como es de suponer, diálogo sincero y efectivo, que abarque a todos los sectores, muchos hoy opuestos entre sí por razones políticas o ideológicas, se podrán construir verdaderos caminos para la paz y la concordia.
Imploramos la luz de Jesús Resucitado sobre el pueblo costarricense, para que ilumine todas aquellas oscuridades que nos llenan de vergüenza, y disipe todo signo de maldad y para que restablezca la fraternidad y la justicia.
Gracias a la Resurrección de Cristo resplandece la bondad divina, se ha destruido todo signo de muerte y pecado por vida eterna, y se nos ha mostrado la insondable misericordia de Dios.
Palabras muy certeras nos ofreció el Papa Francisco en su mensaje Urbi et Orbi en la Pascua del año 2022 y que hoy cobran gran relevancia para el momento que vivimos: «Necesitamos al Crucificado Resucitado para creer en la victoria del amor, para esperar en la reconciliación. Hoy más que nunca lo necesitamos a Él, para que poniéndose en medio de nosotros nos vuelva a decir: ?¡La paz esté con ustedes!?. Sólo Él puede hacerlo. Sólo Él tiene hoy el derecho de anunciarnos la paz. Sólo Jesús, porque lleva las heridas, nuestras heridas (?) Las heridas en el Cuerpo de Jesús resucitado son el signo de la lucha que Él combatió y venció por nosotros con las armas del amor, para que nosotros pudiéramos tener paz, estar en paz, vivir en paz», decía el Santo Padre; por quien hemos continuado orando, para que el Señor le conceda el don de la salud.
Necesitamos de la fuerza del Resucitado para que cese la violencia, el odio y el egoísmo, y podamos con nuestras acciones dar testimonio de su paz, por medio de actitudes de amor y solidaridad.
Nos confiamos a Jesús Resucitado y pedimos la intercesión de la Virgen María, Reina de los Ángeles y patrona de Costa Rica, para que reine entre nosotros el Señor que es la verdadera paz.
En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 9 días del mes de abril del año 2023, Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.
José Manuel Garita Herrera
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
Daniel Francisco Blanco Méndez
Obispo Auxiliar de San José
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Costa Rica