Procesión del Santo Encuentro en San José
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Dramatizaciones acompañaron el camino de
Jesús este Viernes Santo
David Mora, periodista
Este 7 de abril, Viernes Santo,
día en que la Iglesia Católica celebra la Pasión y Muerte de Jesucristo, se
realizó la Procesión del Santo Encuentro en la capital, saliendo la imagen de
Jesús Nazareno cargando la cruz hacia el calvario a las 10 y 30 de la mañana de
la Iglesia La Merced.
El camino hacia el Parque
Central estuvo abarrotado de fieles que acompañaron los pasos de Cristo camino
a su crucifixión, en medio de representaciones realizadas por actores
profesionales, en colaboración con la Municipalidad de San José, de los
diferentes encuentros de Jesús durante este trayecto, algunos registrados en
las Sagradas Escrituras y otros que tradicionalmente se incluyen en las dramatizaciones.
El primer acto que se realizó
fue la lectura del edicto del gobernador Poncio Pilato, quien fue el que
condenó a Jesús lavándose las manos al no querer responsabilizarse de esta
sentencia y verse obligado a ello por el pueblo, seguidamente se procedió a colocarle
la cruz a la imagen de Cristo sufriente e inició su camino. Al costado noroeste
de la Iglesia la Merced se dio el encuentro con la mujer samaritana, quien se
encontraba recogiendo agua del pozo de Jacob.
Más adelante continuó el
peregrinar, donde la imagen del Señor condenado fue ungida por María Magdalena,
quien se mostró en una actitud penitente cuando recordó que "al conocer la vana
majestad de -sus- riquezas", se "cubrió de cenizas la cabeza". Más adelante se
dio el encuentro con las mujeres de Jerusalén, quienes acostumbraban llorar
para dar consuelo a los condenados a muerte, el Padre Víctor Hugo Munguía recordó
que; en el caso de Jesús, él se dirige a las mujeres no para pedir consuelo
hacia él, sino por los pecadores del mundo entero.
Posteriormente se dio el
encuentro más fuerte de este recorrido, el de Jesús con su Madre; la imagen de
la Virgen de los Dolores, acompañada de San Juan y Santa María Magdalena, venía
desde la Parroquia La Dolorosa, el acto se dio frente al Banco de Costa Rica,
donde se tuvo una meditación hecha por el arzobispo metropolitano de San José,
Monseñor José Rafael Quirós, y luego el cantante Mario Lizano interpretó el
tema "Por la Vía Dolorosa". Un detalle particular es que entre los adornos de
la imagen de la Madre de Dios había una leyenda que decía "Mi niño estoy aquí".
"Con términos actuales
podríamos afirmar que María, la madre, es también la discípula, y se convierte
para los cristianos en un verdadero paradigma, nos dice que no debemos tener
miedo de irrumpir en medio de las voces contrarias a su Hijo, para manifestar
sin cálculo alguno que somos discípulos ¡Somos discípulos de Cristo! ¡Somos
discípulos del Señor! Con dolor constatamos cuantos hoy se dicen cristianos,
pero solo de apellido, ni siquiera de nombre, los respetos humanos o intereses
de distintas naturalezas son dominantes, y como lo hizo Judas, por unas cuantas
monedas se vende a Jesús", afirmó el arzobispo.
Finalizado el encuentro entre
Madre e Hijo, el camino continuó y dio la intervención de La Verónica, una
tradicional estación de una mujer que limpió el sudor y la sangre del rostro de
Jesucristo cuando cargaba la cruz, ya en el Parque Central se realizó la
dramatización de cuando Simón de Cirene fue obligado a ayudar a Jesús con el
patíbulo, pues temían que muriera y no se cumpliera la sentencia del procurador.
Al llegar al frente de la
Catedral Metropolitana, en el Parque Central, se ubicó el calvario, donde se
mostró la imagen de Cristo crucificado y el obispo auxiliar de la Arquidiócesis
de San José, Monseñor Daniel Blanco, realizó una reflexión sobre este ejercicio
de piedad. "Que este ejercicio de piedad que estamos concluyendo nos comprometa
a saciar la sed de amor de Cristo en la cruz, amando al hermano, luchando desde
nuestros hogares, centros de trabajo, de estudio, contra toda situación de
violencia, de prejuicio, discriminación, que venga a menoscabar la dignidad de
quienes son nuestros hermanos", manifestó.
La procesión finalizó con el
canto "Debajo de la Cruz", interpretado por el cantante Álvaro Solano.