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Iglesia

Santa Sede pide la paz en Nicaragua

Se manifestó la preocupación en Sesión de Consejo de Derechos Humanos

·         Violación de derechos humanos

 

David Mora, periodista.


El pasado 7 de marzo, el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra, Monseñor Fortunatus Nwachukwu, manifestó la preocupación del Vaticano por la realidad que se viven en Nicaragua en la 52° Sesión del Consejo de Derechos Humanos que se está celebrando en la ciudad suiza.

La Santa Sede tiene el Informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua, este relata el recrudecimiento de la violencia en todo el territorio y la reducción de los espacios para dialogar y negociar entre las autoridades y la sociedad civil.

Monseñor Nwachukwu indicó en la Sesión del Consejo que "es con preocupación que leemos en el Informe el deterioro de la situación sociopolítica y de los derechos humanos en Nicaragua, con el aumento de las restricciones a la libertad de expresión, de reunión pacífica y de asociación, junto con medidas represivas contra quienes critican al gobierno, periodistas y defensores de los derechos humanos, así como contra miembros de asociaciones de derechos humanos, así como contra miembros de la Iglesia Católica".

El prelado también recordó como varios medios de comunicación independientes y organizaciones no gubernamentales, entre ellas algunas instituciones religiosas, fueron cerrados, además de las acusaciones de uso de violencia por parte de las autoridades de seguridad en un ambiente de impunidad, donde se han realizado con mucha frecuencia detenciones arbitrarias y violaciones de derechos en los procesos penales de personas detenidas.

También se mencionó la expulsión de Nicaragua de varios diplomáticos, entre ellos el nuncio apostólico en Managua, Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, y las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa. El obispo comentó que "la Santa Sede lamenta las noticias más recientes sobre la condena a 26 años de prisión de Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, y la privación arbitraria de la nacionalidad a más de 300 ciudadanos nicaragüenses ? entre ellos el exiliado obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Baez -, 222 de los cuales fueron deportados a Estados Unidos".

Finalmente, el observador permanente reiteró el llamado del Papa Francisco "a superar las hostilidades y a buscar espacios de diálogo constructivo entre las partes, sentando las bases para el retorno a una convivencia pacífica basada en el respeto de la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente de aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, que se ven desproporcionadamente afectadas por las actuales circunstancias". También recordó el llamado del Santo Padre en el Ángelus del pasado 12 de febrero, donde pidió la apertura a buscar la paz en los corazones de los políticos y todos los ciudadanos, para alcanza así un paciente ejercicio del diálogo.


 

Fuente: Vatican News.