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Iglesia

Nuevos ministros al servicio de la Iglesia

Cinco diáconos transitorios fueron ordenados este sábado en la Catedral Metropolitana

·         Realizaron las promesas de obediencia y celibato después del un proceso de discernimiento.

 

David Mora, periodista

El pasado sábado 4 de marzo, cinco jóvenes fueron ordenados diáconos en la Catedral Metropolitana, Santuario Nacional San José, por parte de el arzobispo de San José, Monseñor José Rafael Quirós, quien presidió la Santa Eucaristía acompañado en la concelebración por el nuncio apostólico en Costa Rica, Monseñor Bruno Musaró, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San José, Monseñor Daniel Blanco y miembros del clero.

Los jóvenes que recibieron el orden de los diáconos son Gerald Jiménez, Manuel Vinicio Pérez, Edgar Gamboa, Julián Pérez y Andrés Hernández; ellos ingresaron en la procesión de entrada y antes de los ritos iniciales de la celebración eucarística, recibieron la bendición de sus padres, una acción que se acostumbra en Costa Rica, al igual que sucede antes de las bodas. Una vez realizado este gesto, los entonces candidatos regresaron a sus lugares para recibir la ordenación.

Monseñor Quirós indicó en su homilía que "nuevamente nos dice el Señor a todos que se sigue haciendo presente en medio de nosotros dando a su Iglesia los servidores que necesita", por lo que le indicó a los ordenandos que deben dejar de lado toda mediocridad para darle los mejor de su trabajo a Dios.

El prelado dedicó varios minutos para manifestarse sobre las promesas que los jóvenes realizaron; el celibato y la obediencia. Además de hablar sobre el discernimiento vocacional. "Dentro de poco, ustedes, queridos ordenandos, estarán aceptando con total libertad y alegría su opción de vivir el celibato por el Reino de los Cielos; es decir, dedicar totalmente su existencia para vivir solamente para Dios...Teniendo en cuenta que sin el equilibrio humano no se puede avanzar, ciertamente se cuenta con la gracia de Dios, pero la base está en el equilibrio y en la realidad humana...el discernimiento realzado por la Iglesia sobre cada uno de ustedes (los ordenandos) responde a lo querido por el mismo Señor quien les llamó...con toda responsabilidad, la Iglesia ha vigilado fielmente su proceso formativo, cuidando con toda exigencia cada aspecto, de esta forma cumple a cabalidad con la vigilancia requerida al nombrar los ministros en las distintas responsabilidades...se actúa con toda seriedad, no existe ninguna improvisación, un ministro sagrado no se improvisa, un ministro sagrado se forma, se acompaña, se guía y se discierne sobre su vocación".  

Como parte de las promesas hechas por los diáconos, el arzobispo indicó que la obediencia "ha de interiorizarse desde el ámbito de lo que significa estar en comunión con el obispo y con la Iglesia". "Es el obispo quien en nombre de Cristo pastorea la Iglesia particular; por tanto, el ejercicio de todo ministerio en la diócesis se entiende desde esta comunión con el obispo, de ahí que se enfatice que el diácono está, de manera particular, al servicio del ministerio episcopal. Como diáconos transitorios, les invito a interiorizar esta promesa según la dimensión señalada para que no caigan en la tentación de falsas autonomías en el ejercicio el ministerio, incluso en la administración de los bienes eclesiásticos", manifestó Quirós.

Una vez ordenados diáconos, antes de finalizar la celebración de la Eucaristía, el arzobispo les entregó a los nuevos ministros sus nombramientos: Julián Pérez irá a la Parroquia San Juan Bautista, en Patarrá de Desamparados, Manuel Vinicio Pérez fue designado a la Parroquia de Santa Ana, Andrés Hernández prestará su servicio diaconal en la Parroquia Inmaculada Concepción en Heredia, Edgar Gamboa estará en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en la Trinidad de Moravia y Gerald Jiménez servirá en la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Frailes de Desamparados.

Al finalizar la misa, los nuevos diáconos dieron su primera bendición a los obispos, luego bendijeron a sus familiares y amigos. Posteriormente, cada uno proclamó el Evangelio y dieron la homilía por primera vez en sus parroquias de origen.