Con motivo del 50 aniversario de creación
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Entrenamiento, disciplina y motivación
David Mora, periodista.
Este jueves, el Papa Francisco
tuvo un encuentro en el Vaticano con la Asociación Deportiva Amateur "Sport in
Vaticano", con motivo del 50 aniversario de la creación de la Liga Vaticana de
Fútbol, que hoy incluye diversas disciplinas y está compuesta por miembros de
los distintos dicasterios en Roma, quienes frecuentemente viajan a campeonatos
para diversas manifestaciones de solidaridad.
El Santo Padre les manifestó a
los presentes que, en estas manifestaciones, ellos "están llamados a dar
testimonio de su vínculo con la Santa Sede", es por esto que el obispo de Roma
quiso ofrecerles una reflexión a partir de la imagen usada por San Pablo en la
Primera Carta a los Corintios, que dice: "¿No saben que en el estadio todos
corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen.
Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que no se
marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible" (9:24-25). "Esto
no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo
mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por
Cristo Jesús" (3,12).
Francisco explicó que estos
dos pasajes de la Escritura permiten leer "el agonismo sano como una actividad
que puede contribuir a la maduración del espíritu", y, de forma peculiar, dan
tres reglas "fundamentales" para la persona que practica el deporte: El
entrenamiento, la disciplina y la motivación. Por ello, recordó que, en la base
del trabajo, el sudor y el sacrificio que constituyen el entrenamiento, está la "pasión por el deporte", que, con la palabra "amateur", de "aficionado",
expresa "el amor por una determinada actividad". El Papa afirmó que "si existe
esta actitud, la competición es sana. De lo contrario, si prevalecen intereses
de diversa índole, la competición se echa a perder, a veces incluso puede
corromperse".
Continuando con la disciplina
deportiva, el líder de la Iglesia Católica comentó que no se trata únicamente
de respetar las reglas, aunque estas tiene que existir. La disciplina "recuerda
al "discípulo", es decir, al que requiere aprender, al que no se siente "llegado" y capaz de enseñar a todo el mundo". "El verdadero deportista siempre busca
aprender, crecer, mejorar. Y esto requiere, precisamente, disciplina, es decir,
la capacidad de dominarse a uno mismo, de corregir la impulsividad que todos
tenemos, en mayor o menor medida. La disciplina permite entonces que cada uno
desempeñe su papel y que el equipo exprese lo mejor del conjunto", indicó el
Papa.
Con respecto a otra regla
fundamental del deportista; la motivación, el Santo Padre volvió a citar al
apóstol San Pablo, que escribe en la Segunda Carta a Timoteo: "He peleado hasta
el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe" (4,7). Con este
fragmento manifestó que "es el sello perfecto para un deportista", ya que, "en
una carrera, lo que da el empuje, lo que lleva a buen resultado, es la
motivación, una fuerza interior", a lo que profundizó diciendo que "la prueba
no está en el resultado numérico, sino en lo fieles y coherentes que hemos sido
a nuestra llamada".
Antes de despedirse y dar la
bendición final, Francisco subrayó que "su manera de trabajar en equipo y de
colaborar puede ser un ejemplo para el trabajo en los Dicasterios y entre los
Dicasterios de la Curia, así como en las Direcciones del Estado Vaticano". El
Papa concluyó diciendo: "Una vez más, el deporte es una metáfora de la vida".
Fuente: Vatican News.