Distribución no equitativa de los bienes
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Francisco se conmovió por los testimonios que
escuchó
David Mora, periodista.
Este miércoles, el Papa Francisco
tuvo un encuentro con los representantes de algunas obras caritativas en Nunciatura
Apostólica de la República Democrática del Congo, allí el Santo Padre recordó
que la pobreza existe por una distribución no equitativa de los bienes
materiales, no por falta de recursos o de oportunidades.
El pontífice agradeció los
testimonios de los representantes de las asociaciones de caridad, les manifestó
que en esa nación donde hay mucha violencia "que retumba como el estruendo ensordecedor
de un árbol que es derribado, ustedes son el bosque que crece todos los días en
silencio y hace que la calidad del aire mejore, que se pueda respirar".
Francisco les recordó que, aunque con las obras caritativas hace más ruido el
árbol, Dios "ama y cultiva la generosidad que germina en el silencio, dando
fruto; posa su mirada, con alegría, en quien se pone al servicio de los
necesitados".
El Papa se sorprendió de cada
testimonio, pues estos no fueron una enumeración de datos sobre pobreza, sino una
forma cariñosa de hablar de los pobres, por lo que resaltó a los encargados
cómo ellos hablaron de personas que desconocían anteriormente, pero que ahora
ven como familiares, tienen nombre y rostro. "Gracias por esta mirada que sabe reconocer
a Jesús en sus hermanos más pequeños", afirmó Francisco, mientras advertía
sobre amar al Señor en los pobres, y poner cuidado en qué tipo de relación se tiene
con ellos, porque hay algo que no está bien cuando un creyente se mantiene
distante hacia ellos.
El líder de la Iglesia
Católica animó a dar voz a los que no tienen voz en las "casas de Papa", refiriéndose
a las Nunciaturas Apostólicas, donde Francisco insistió, deben ser amplificadores
de promoción humana, centros de caridad, en primera línea en la diplomacia de
la misericordia, dando aporte a ayudas concretas y haciendo promoción de las
redes de cooperación.
Francisco se emocionó al
recordar los testimonios hasta el punto de casi llorar por las personas que
sufren la "indiferencia generalizada que las entregó a una vida errante, que
las llevó a vivir en las calles, exponiéndose al riesgo de violencia física y
de abusos sexuales, y también a ser acusadas de brujería, cuando sólo necesitan
amor y cuidados". El Papa aseguró que "la pobreza y el rechazo ofenden al
hombre, desfiguran su dignidad; son como ceniza que apaga el fuego que se lleva
por dentro. Sí, cada persona, en cuanto creada a imagen de Dios, resplandece
con un fuego luminoso, pero sólo el amor quita la ceniza que lo cubre. Sólo
devolviendo la dignidad se restituye la humanidad".
Ante el descarte social de los
niños y los ancianos, el Santo Padre aseguró que es escandaloso y nocivo, pues
la sociedad se construye a partir de el cuidado de los más vulnerables, pues
estos son las raíces y el futuro de la sociedad, por ello recordó que un verdadero
desarrollo humano no puede ser privado de memoria ni de futuro y que sólo
existe una forma de ver a una persona desde lo alto hacia abajo, buscando ayudarla
a levantarse.
El obispo de Roma agradeció el
trabajo de las autoridades, por medio de acuerdos con la Conferencia Episcopal,
donde reconocieron la obra de quienes se comprometen en el campo social y
caritativo, pero también recordó a las autoridades que tienen el deber de asegurar
los servicios básicos de salud a quienes viven lejos de los grandes núcleos
urbanos.
El Papa dio tres ideas de cómo
servir mejor en el aspecto de la caridad: La primera es que la caridad requiere
de ejemplaridad, pues se trata de un estilo de vida el Evangelio, por lo que
instó a tener transparencia a la hora administrar proyectos para ofrecer
servicios adecuados y cualificados. "Justamente este es el espíritu que
caracteriza tantas obras eclesiales de las que este país se ve beneficiado y
que han marcado su historia", afirmó.
La segunda idea es la amplitud
de miras, el Papa indicó que hay que saber mirar hacia adelante, pues los proyectos
de caridad deben responder a las exigencias inmediatas, pero estas deben ser
duraderas y sostenibles, no solamente asistencialistas.
Por último, su tercera idea
fue crear una red, no sólo virtual, sino concreta, "tal como sucede en este
país en la sinfonía de la vida del gran bosque y de su variada vegetación".
Francisco les animó a trabajar con los carismas propios, pero relacionándose unos
con otros.
Fuente: Vatican News