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Papa

Papa recibe a jugadores de Voleibol

Francisco usó fases del deporte para dar su mensaje

·         Tomar la iniciativa, asumir responsabilidades, implicarse.


David Mora, periodista.


Este lunes, el Papa Francisco recibió en el Vaticano alrededor de 300 personas entre los directivos y atletas de la Federación italiana de Voleibol, a quienes dirigió usando fases de este deporte para indicar que la vida está al servicio de una meta que alcanzar juntos.

El Santo Padre hizo la comparación del equipo deportivo con los miembros de un cuerpo, que deben trabajar en equipo para que todo funcione con normalidad; ya que en el voleibol está la preparación y los pases al compañero que debe terminar la maniobra, por lo que "nunca están solos, siempre hay alguien a quien servir".

La Secretaría General de la Conferencia Episcopal Italiana y la Federación de Voleibol trabajan juntas para difundir los valores educativos que tiene el deporte en los diferentes territorios y entre los equipos que compiten, es por ello que el obispo de Roma citó a su predecesor, San Juan Pablo II, en un pasaje del discurso en el Jubileo de los deportistas en octubre del 2000, donde recordó que "la dignidad de la persona humana constituye la meta y el criterio de toda actividad deportiva".

Con respecto al juego, Francisco se refirió a la acción del saque, que es el golpe que inicia el juego, allí lo comparó la cotidianidad de la vida, donde "hay que tomar la iniciativa, asumir responsabilidades, implicarse. ¡Nunca quedarse quietos!", también hizo alusión a que la actividad deportiva sirve para deja de lado la timidez y la fragilidad, así como obtener una mayor madurez en la consciencia y la actitud de ser protagonistas.

Siempre es importante en este deporte aquella persona que está lista para recibir la pelota después del saque para dirigirla a un punto en específico. El pontífice indicó que, así como esta función tiene un impacto importante en el juego, también tiene importancia estar disponible para escuchar "con humildad y paciencia" las sugerencias de los demás, de ahí tomó la palabra para mostrar la importancia del entrenador, porque "uno no se convierte en campeón sin un guía, sin un entrenador dispuesto a motivar, a corregir sin humillar, a levantar cuando uno se cae y a compartir la alegría de la victoria". "Se necesitan personas que sean puntos de referencia sólidos, capaces de enseñar a "recibir" bien, identificando los talentos de sus atletas para hacerlos fructificar de la mejor manera posible", indicó el Santo Padre.

El colocador es otro de los puntos fundamentales en el juego, el Papa lo recordó hablando de que en la vida nunca se está solo, por lo que resaltó que es quien tiene la misión de terminar el juego. "No sólo existe la dimensión individual, sino que uno forma parte de un grupo: Cada uno está llamado a dar su propia contribución para que se pueda ganar juntos", manifestó.

Francisco criticó la perspectiva de un mundo en el que existe una prisa por aparecer y emerger a como dé lugar, siendo esto un acto de egocentrismo, donde el "yo", se antepone al "nosotros", y esto hace que se descarten a los débiles e improductivos. En medio de todo eso, el Papa propone que el deporte sea un signo convincente de la unidad, la integración y que se pueda dar un mensaje de paz y amistad.

El ataque es decisivo en el gane de un partido, pero también el líder de la Iglesia Católica rescató que el deporte está llamado a tener "siempre un sano agonismo", donde nunca se busquen atajos. "El sacrificio, el entrenamiento y el rigor son elementos indispensables del deporte, mientras que el dopaje, además de peligroso, es un engaño que quita la belleza y diversión al juego, lo mancha de falsedad y lo ensucia", indicó el Santo Padre.

El pontífice mencionó finalmente la defensa, a la que se refirió como "el muro", para recordar que su significado es muy distinto a lo que se suele enseñar, donde se entiende como un signo de división y de incapacidad para mantener un diálogo. Francisco comentó que, en el voleibol, un muro es para saltar y hacer frente al contrincante de una manera positiva. "Saltar significa despegarse del suelo, de la materialidad y, por tanto, de todas esas lógicas empresariales que minan el espíritu deportivo".

Al finalizar, el Papa les pidió a los jugadores que no defrauden a los jóvenes que los admiran y ven como un modelo a seguir, por lo que les instó a ser siempre "testigos de equidad y lealtad". Por su parte, el presidente de la Federación, Giuseppe Manfredi, le entregó al pontífice la camiseta azul y la medalla de oro ganada en el último mundial por la selección masculina italiana, también regaló a los niños del Dispensario Pediátrico de Santa Marta material de vestimenta y balones para que practiquen este deporte, también obsequiaron material deportivo y ropa para emigrantes del Centro Astalli, ya que, en sus países originarios aman el voleibol.

Esta noche, todos los presentes en esta audiencia estarán compartiendo una comida con los pobres acogidos en el Palazzo Migliori por la Limosnería Apostólica y la comunidad de San Egidio.


 

Fuente: Vatican News