Papa Francisco nombra dos arzobispos y un nuevo obispo
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Obispos deben renunciar a los 75 años
David Mora, periodista.
La Iglesia Católica en
Honduras se encuentra viviendo un momento histórico, ya que este jueves recibieron
la noticia de que el Papa Francisco nombró dos nuevos arzobispos metropolitanos,
un nuevo obispo y creó una nueva Provincia Eclesiástica.
En el documento oficial
publicado por la Santa Sede, se indica que el Santo Padre aceptó la renuncia
del hasta entonces arzobispo de la Arquidiócesis Metropolitana de Tegucigalpa,
el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga y nombró como su sucesor al sacerdote José
Vicente Nacher Tatay, quien es hasta ahora el cura párroco de la Parroquia San
Vicente de Paúl en la Diócesis de San Pedro Sula y funge como Superior Regional
de la Congregación para la Misión.
En la Diócesis de San Pedro Sula
también ocurre el cambio de gobierno pastoral, pues el pontífice aceptó la renuncia
de su obispo, Monseñor Ángel Garachana Pérez, y ha nombrado como cabeza de este
lugar a Monseñor Michael Lenihan, de la Orden de Frailes Menores, quien viene
de la Diócesis de La Ceiba, con el detalle particular de que el Santo Padre
decidió crear la nueva Provincia Eclesiástica de San Pedro Sula, que se desmiembra
de la Provincia Eclesiástica de Tegicigalpa, este nuevo territorio eclesiástico
se conformará por las Diócesis sufragáneas de Yoro, Santa Rosa de Copán, Gracias,
Trujillo y La Ceiba, teniendo ahora como Arquidiócesis Metropolitana a San
Pedro Sula, por lo que Monseñor Lenihan será su primer arzobispo. Cabe recalcar
que los arzobispos metropolitanos tienen potestad en la Provincia Eclesiástica para
algunas situaciones particulares.
Por su parte, la Diócesis de
Choluteca también cambiará de obispo, pues Francisco ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de Monseñor Guy Charbonneau y ha designado a Monseñor Teodoro
Gómez, quien está siendo traslado de la Sede titular de Castello di Tatroporto
y del oficio de obispo auxiliar de la Arquidiócesis Metropolitana de
Tegucigalpa.
No son lejanos a la realidad
eclesial estos movimientos, ya que, por derecho canónico, los obispos tienen la
obligación de renunciar cuando llegan a la edad de 75 años, es el Santo Padre
quien determina si la acepta o no y es el encargado de realizar nuevos nombramientos.
La creación de este nuevo
territorio eclesiástico tiene como fin una mayor colaboración entre las diócesis
cercanas, por lo que la Conferencia Episcopal de Honduras se mantendrá como una
sola, no habrá divisiones al ser dos Provincias Eclesiásticas en un solo país,
hecho que en Centroamérica sólo ha ocurrido en Guatemala.