Deceso sucedió por problemas cardíacos
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Cardenal escribió un diario mientras
estuvo encarcelado
David Mora, periodista.
Este martes 10 de enero, cerca
de las 21 horas, se informó del fallecimiento del Cardenal George Pell, quien
fue el prefecto emérito de la Secretaría para la Economía, tenía 81 años y su
deceso se dio por complicaciones cardíacas por una operación de cadera que
estaba programada desde hace tiempo, también tenía un marcapasos desde 2010. El
purpurado estuvo presente en la concelebración de la misa exequial de Benedicto
XVI en la Plaza de San Pedro.
El cardenal había regresado a Roma
en setiembre de 2020, donde se mantuvo hasta su muerte, dos años después de
haberse sometido a un juicio en Australia por denuncias de abusos sexuales a
menores en los 90, acusación que lo llevó en junio de 2017 a estar en prisión
preventiva; en ese periodo el Papa Francisco le dio licencia para defenderse lo
que se le imputaba. El Tribunal del Condado de Estado de Victoria ordenó su
detención y eliminó la posibilidad de liberarlo bajo fianza, Pell fue condenado
en marzo de 2019 a seis años de prisión. Posteriormente, el Tribunal Supremo de
Australia, en representación del juez Mark Weinberg, notó los numerosos
defectos formales en el juicio donde el purpurado fue condenado a prisión, y
admitió la solicitud de apelar la sentencia que presentaron los abogados del
religioso. Finalmente, el cardenal fue absuelto en abril de 2020, este fallo
fue acogido con satisfacción por la Santa Sede, que afirmó en un comunicado su
confianza en la justicia australiana.
Durante su experiencia en
prisión, Pell estuvo en dos celdas de máxima seguridad en Melbourne y Barwon
entre febrero y julio de 2019, el cardenal relató un diario de más de 300
páginas con notas diarias, lo tituló como "Prison Journal" ("Diario de una
Prisión"), donde aparecen sus encuentros con otros presos, las visitas y cartas
que recibió, además de cómo la oración y la Eucaristía fue fundamental en su
encarcelamiento. "Mi experiencia demuestra cuánto nos ayudan las enseñanzas de
la Iglesia, cuánto ayuda rezar, buscar la gracia de Dios", indicó el purpurado
en una entrevista a Radio Vaticano - Vatican News, donde también mencionó que
pensó que este escrito podía ser ayuda para quienes pasan por una experiencia
como la que él vivió.
El 13 de abril de 2013, justo
un mes después de su elección como obispo de Roma, el Papa Francisco llamó al
Cardenal George Pell, quien era el arzobispo emérito de Sídney y luego de Melbourne,
para formar parte del Consejo de Cardenales con el fin de estudiar un proyecto
de reforma y colaborarle en el gobierno de la Iglesia. Más de un mes antes de
esto, el 24 de febrero de 2014, el clérigo fue nombrado prefecto de la Secretaría
de Economía para comenzar reformas financieras.
En octubre de 2021, el Santo
Padre le recibió en el Palacio Apostólico, allí le agradeció su "testimonio" y
en una entrevista previa a la navidad de ese año con Mediaset, el obispo de
Roma recordó el trabajo de Pell en la economía, donde resaltó que tuvo que
dejar su administración por una "calumnia". El Papa manifestó que "fue Pell
quien hizo el esbozo de cómo podíamos avanzar...Es un gran hombre y le debemos
mucho".
Ante el fallecimiento del purpurado,
los pésames no se han hecho esperar, los primeros han sido los líderes de la
Iglesia australiana, el presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Timothy
Costelloe, dio a conocer su tristeza al enterarse de la muerte repentina del
cardenal, quien "proporcionó un liderazgo firme y claro dentro de la Iglesia
Católica en Australia, como arzobispo de Melbourne y arzobispo de Sydney y como
miembro de la Conferencia Episcopal durante más de 25 años...El impacto del Cardenal
Pell en la vida de la Iglesia en Australia y en todo el mundo seguirá
sintiéndose durante muchos años. Mientras le recordamos y reflexionamos sobre
su legado, invito a todos los católicos y demás personas de buena voluntad a
unirse en oración por el Cardenal Pell, un hombre de fe profunda y perdurable y
por el descanso de su alma", escribió el prelado.
El arzobispo de Sydney, Anthony
Fisher, por su parte, recordó al purpurado como un gran sacerdote y cristiano. "El
lema episcopal el Caedenal Pell era "No tengan miedo" y, en los días buenos y
en los malos, se aferró a estas palabras como un hombre valiente con gran
corazón que confiaba en la providencia divina...Proclamó sin miedo el Evangelio y
se esforzó para explicar las enseñanzas de la Iglesia. Decía la verdad tal como
la encontraba, aunque fuera difícil o impopular. Fue también un hombre de
oración, un hombre de profunda fe cristiana, y un cariñoso pastor de su rebaño
en parroquias, escuelas, hospitales y en toda su diócesis", publicó la
autoridad eclesiástica.
Fisher recordó también que en
los últimos años de vida del Cardenal Pell su imagen se vio marcada por su
injusta condena y encarcelamiento, aunque lo soportó con gracia y buena
voluntad, "y nos dio a todos un ejemplo de cómo aceptar el sufrimiento con
dignidad y paz". El arzobispo subrayó que "sus palabras de reconciliación con
sus detractores y su preocupación por los sobrevivientes se hicieron cada vez
más genuinas a medida que mantenía con firmeza y éxito su inocencia".
También el Papa Francisco
envió un telegrama al decano del Colegio Cardenalicio, el Cardenal Giovanni
Battista Re, donde expresa su pésame por el fallecimiento de Pell. "He conocido
con tristeza la noticia de la marcha del cardenal George Pell, prefecto emérito
de la Secretaría para la Economía. Deseo expresar mi cercanía a usted y al
Colegio Cardenalicio, especialmente a su querido hermano David y a los demás
miembros de su familia".
El Santo Padre recordó el
testimonio coherente y comprometido del purpurado, "en particular su diligente
cooperación con la Santa Sede en su reciente reforma económica, para la que
sentó las bases con determinación y sabiduría". El obispo de Roma define al
cardenal como "fiel servidor, que siguió inquebrantablemente a su Señor con
perseverancia, incluso en la hora de la prueba", mientras que reza por su
eterno descanso.
Fuente: Vatican News