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Iglesia

Diáconos permanentes en retiro

Se encuentran realizando ejercicios espirituales

·         Este viernes fueron visitados por el arzobispo de San José

 

David Mora, periodista


Desde el pasado 30 de noviembre, los 17 diáconos permanentes de la Arquidiócesis de San José se encuentran realizando un retiro donde realizan los ejercicios espirituales en la Casa de Retiro de las Hermanas del Buen Pastor en Guadalupe, Goicoechea.

Estos ejercicios espirituales se realizan según lo establecido en el Código de Derecho Canónico, el Padre Juan José Paniagua Ampulia, perteneciente al Sodalicio de Vida Cristiana, es el encargado de impartir los ejercicios del retiro. Los diáconos han compartido alegremente su reencuentro, lo muestran en un pequeño refrigerio que tuvieron al iniciar el retiro.

Este viernes recibieron la visita del arzobispo de San José, Monseñor José Rafael Quirós, quien presidió la misa de este tercer día de ejercicios, el Padre Paniagua concelebró y todos los diáconos permanentes sirvieron y participaron de esta celebración.

Los diáconos permanentes son ministros que reciben el Sacramento del Orden en su tercer grado; el primero es el episcopado, el segundo el presbiterado y el tercero el diaconado. Existen los diáconos transitorios; que son aquellos que viven este ministerio por un tiempo definido, ya que pasarán a ser sacerdotes en la ordenación presbiteral; los diáconos permanentes son aquellos que conservarán este servicio sin aspirar al sacerdocio, estos últimos pueden ser célibes u hombres casados que, en caso de enviudar, no podrán contraer matrimonio nuevamente.  

Aunque no son sacerdotes, el ministerio ordenado les permite realizar algunas funciones, entre ellas bautizar, dar la comunión, bendecir objetos religiosos, leer el Evangelio y predicar en las celebraciones litúrgicas, bridar dirección espiritual, celebrar matrimonios y rituales de exequias, en caso de presidir una celebración, esta será una Liturgia de la Palabra, más no una misa, donde se consagra la Eucaristía, ya que esta forma parte de las funciones que son exclusivamente del presbítero y del obispo, como lo es también el confesar, ungir enfermos, confirmar o imponer las manos a un ordenado. Los diáconos permanentes casados permanecen con normalidad en sus parroquias de residencia, no son trasladados a otras comunidades como los sacerdotes.

En el caso de que un hombre casado quiera discernir su vocación al diaconado permanente, primero deberá obtener el consentimiento de su esposa y recibir la formación y acompañamiento necesario. Los diáconos permanecerán realizando los ejercicios espirituales hasta el próximo 4 de diciembre, segundo domingo de Adviento, y luego volverán a sus parroquias.