Pidió ser cercanos con los fieles y no trepadores
· Francisco recordó que el sacerdocio no es un trabajo, sino un servicio
David Mora, periodista
Este lunes, el Papa Francisco
mantuvo un diálogo con sacerdotes y seminaristas que estudian en Roma en el
Aula Pablo VI, donde respondió diez preguntas que le realizaron, habló sobre la
cercanía que los ministros ordenados deben tener, ser compasivos y no trepadores,
la dirección espiritual, el uso de la tecnología, entre otros temas.
El Santo Padre les recordó a
los sacerdotes que deben aprender a expresarse con el lenguaje de la cabeza, el
corazón y las manos; comentó que esto revela la madures de una persona; que piense
lo que siente y hace, que sienta lo que piensa y hace, y que haga lo que sienta
y piense. Recordó que se debe asumir el estilo de Dios, que es la cercanía,
compasión y ternura, por lo que "un buen sacerdote es cercano, compasivo y
tierno", por ello el Papa les dijo que esto se debe aplicar a la hora de
pronunciar la homilía: "Si tú no eres humano con los gestos, la mente también
se vuelve rígida y en el sermón dirás cosas abstractas que nadie entiende, y
alguien tendrá la tentación de salir a fumar un cigarrillo", manifestó.
Cuando le preguntaron al
pontífice sobre cómo vivir el sacerdocio sin perder el "olor a oveja" característico de esta misión, contestó que, aunque el clérigo se
dedique a estudio o trabajo de la Curia, no puede dejar de mantener el contacto
con la gente, porque al hacerlo, podrá ser "un teórico, un buen teólogo, un
buen filósofo, un muy buen curial que hace todas las cosas", pero habrá perdido "la capacidad de oler a las ovejas". Ante este mal, el Papa recomienda mantener
experiencias pastorales en una parroquia o centros de ayuda a niños y ancianos,
con el fin de ir recuperando el contacto con el pueblo.
Francisco también hablo de los
sacerdotes que viven su ministerio como si fuese un trabajo como cualquier otro,
con horarios fijos en su jornada, con una vida cómoda, sacerdotes oficiales que
buscan la tranquilidad, e incluso, tocó el tema de los "sacerdotes escaladores",
término con que se refirió a curas que buscan hacer carrera y obtener puestos,
él les recomendó dejar de hacerlo, por ello, recordó que "el sacerdocio
es servicio sagrado a Dios, es el servicio del cual la Eucaristía es el grado
más alto, y es un servicio a la comunidad". "El escalador al final es un
traidor, no es un servidor. Busca lo suyo y luego no hace nada por lo de los
demás", afirmó el Santo Padre.
El Papa recodó cómo su abuela
caló en él la enseñanza de que hay que progresar, pero que no se debía
confundir el progreso con el escalar, porque al final terminaban haciendo el ridículo
ante todos. "Para un sacerdote, lo importante es la comunión, la participación
y la misión, el servicio a los demás, el peligro de buscar el propio placer y
la tranquilidad, es el peligro de escalar y, desgraciadamente, en la vida hay
muchos arribistas".
El Santo Padre mencionó la
importancia de la dirección espiritual, porque ahí se reconoce la no
autosuficiencia, la necesidad de ser acompañado y de entender las emociones
espirituales; por ello les recordó a los sacerdotes que esto no es un carisma
clerical, sino bautismal, por ello quienes poseen ese carisma no lo hacen por
ser ministros ordenados, sino por ser bautizados, por lo tanto, también pueden
dar dirección espiritual las monjas o lo laicos que sean personas sabias.
Por otro lado, el Santo Padre
comentó que la vida es un continuo desequilibrio, ya que se camina en medio de
muchas dificultades, cayendo y levantándose, por lo que dio ánimo a no tener
miedo y entrar en un proceso de discernimiento, porque "en el desequilibrio hay
mociones de Dios que te invitan a algo, al deseo de hacer el bien".
El Papa habló del
discernimiento como en la búsqueda, en medio de un desequilibrio, puede
encontrar su camino hacia Dios, algo que sólo se puede encontrar en la oración,
es por ello que el Pontífice recordó que la formación espiritual de los
seminaristas es de suma importancia, por ello recomendó tener una vida
comunitaria y no aislada. "Aprender a vivir en comunidad y no caer después en la
crítica de unos a otros, en los partidos dentro del presbiterio", comentó
Francisco.
Al finalizar, el obispo de
Roma, alertó de los peligros que pueden significar las nuevas tecnologías, entre
ellos la pornografía digital, por lo que recomendó a los religiosos usarlas con
cautela: "Es algo que debilita el alma, debilita el alma, el diablo entra por
ahí, debilita el corazón sacerdotal". El Papa también recordó que cuando fue
ordenado obispo en Argentina, le regalaron un teléfono móvil, el cual solamente
usó para hacer una llamada a su hermana y lo devolvió, ya que no tiene buena
relación con la tecnología.
Fuente: Vatican News