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Papa

Papa Francisco ora en el Coliseo

Pedido de paz es "aún más actual" que hace un año

·       Recordó el llamado de San Juan XXIII en 1962


David Mora, periodista

Este martes, el Papa Francisco estuvo en el Coliseo Romano participando del Encuentro de Oración por la Paz con los Líderes Cristianos y de las Religiones del Mundo, el cual fue inaugurado el domingo pasado en "la Nuvola" de Roma. Allí, con representantes de las iglesias y comunidades cristianas oró por la paz en el mundo e intervino en un discurso, donde al igual que el año pasado, llamó al cese de las guerras, pero esta vez afirmó que este pedido es "aún más actual".

"Las religiones no pueden ser utilizadas para la guerra...nadie utilice el nombre de Dios para bendecir el terror y la violencia", afirmó el Santo Padre mientras líderes de otras religiones se mantenían en oración en varios sitios de la ciudad y en el mismo día en que, al parecer, Rusia estaría dispuesta a dialogar con el pontífice, Estados Unidos y Francia para buscar una solución al conflicto con Ucrania. En la actividad se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de la guerra, el terrorismo, la violencia y la trata de seres humanos.

Francisco agradeció el "espíritu de fraternidad" de los asistentes, afirmó que "este año, nuestra oración se ha convertido en un grito", porque hoy la paz está gravemente violada, herida, pisoteada: y esto en Europa, es decir, en el continente que vivió las tragedias de las dos guerras mundiales del siglo pasado, estamos en la tercera. Lamentablemente, desde entonces, las guerras no han dejado de ensangrentar y empobrecer la tierra, pero el momento que vivimos es particularmente dramático".

El Papa recuerda que el corazón de las religiones es la paz, la cual es silenciada "por la retórica de la guerra", el odio y la indiferencia, por lo que "no puede ser suprimida?. Francisco recordó las lecciones del siglo XX y esta primera parte del XXI, y las señaló como "un fracaso de la política y de la humanidad". "La paz es un don y la hemos invocado de Él. Pero este don debe ser acogido y cultivado por nosotros, hombres y mujeres, especialmente por nosotros los creyentes. No nos dejemos contagiar por la lógica perversa de la guerra; no caigamos en la trampa del odio al enemigo, volvamos a situar la paz en el centro de nuestra visión del futuro, como objetivo central de nuestra acción personal, social y política, a todos los niveles. Desactivemos los conflictos con el arma del diálogo", comentó.

El Papa Francisco repitió las mismas palabras que su predecesor, San Juan XXIII, en 1962, en un mensaje radiofónico, cuando suplicó por la paz ante la amenaza de un nuevo enfrentamiento nuclear: "Promover, favorecer y aceptar negociaciones a todos los niveles y en cualquier tiempo es una medida de sabiduría y de prudencia que atrae las bendiciones del Cielo y de la Tierra". Sesenta años después, estas palabras las hago mías. No somos "neutrales, sino a favor de la paz. Por eso invocamos el ius pacis, como un derecho de todos a componer los conflictos sin violencia", afirmó el Santo Padre.

Francisco culminó deseando el compromiso de no caer en la resignación de la guerra y pidió la gracia de Dios para que se haga posible el llamado de San Juan XXIII, en la encíclica Pacem in Terris: "Que todos los pueblos se abracen como hermanos y florezca y reine siempre entre ellos la tan anhelada paz".