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Iglesia

Concilio Vaticano II fue necesario

Benedicto XVI habla en una nueva carta


·      Concilio fue una sorpresa para el mundo

David Mora, periodista

El papa emérito, Benedicto XVI, le escribió una carta, que fue difundida este 20 de octubre, al presidente de la Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio, Estados Unidos, y sacerdote de la Tercera Orden Franciscana Regular, el padre Dave Pivonka, donde asegura que el Concilio Vaticano II no fue sólo "significativo, sino necesario".

El texto de casi tres páginas y media da sus observaciones frescas de uno de los pocos teólogos que participaron del Concilio y que siguen vivos, como lo fue Joseph Ratzinger. El obispo emérito de Roma le escribió la carta a Pivonka cuando, ocasionalmente, este viernes termina una conferencia de dos días centrada en la teología de Benedicto XVI.

"Cuando comencé a estudiar teología en enero de 1946, nadie pensó en un Concilio Ecuménico. Cuando el Papa Juan XXIII lo anunció, para sorpresa de todos, hubo muchas dudas sobre si sería significativo, y si de hecho sería posible organizar las ideas y las preguntas en la totalidad de una declaración conciliar, y así dar a la Iglesia una dirección para su camino posterior", manifestó el Santo Padre, quien continuó diciendo que "en realidad, un nuevo concilio probó ser no sólo significativo, sino necesario. Por primera vez, la cuestión de una teología de las religiones se había mostrado en su radicalidad".

El pontífice emérito piensa que es necesario reformular la cuestión de la naturaleza y la misión de la Iglesia, "De esta manera, el poder positivo del Concilio también está emergiendo lentamente". El Papa recordó que la eclesiología había evolucionado después de la II Guerra Mundial, "Si hasta ahora la eclesiología había sido tratada en términos institucionales, la dimensión espiritual más amplia del concepto de Iglesia ahora se percibía con alegría".

Benedicto XVI recordó que, en ese entonces, el concepto de la Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo se reconsideraba muy críticamente, también manifestó que en el Concilio Vaticano II, el tema de la Iglesia en el mundo se convirtió en el verdadero problema central, por ello señaló que "la completa espiritualización del concepto de Iglesia, por su parte, pierde el realismo de la fe y de sus instituciones en el mundo".

El papa emérito se despidió del padre Pivonka resumiendo que su propósito al escribir la carta fue señalar la dirección en la que él llevó su trabajo, también le deseó que su Simposio Internacional de la Universidad de Steubenville "sea útil por una compresión correcta de la Iglesia y el mundo de nuestro tiempo".