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Iglesia

Santa Sede ante la ONU pide la paz

Conflicto entre Rusia y Ucrania



·      Monseñor Caccia repitió el discurso de Francisco el pasado 2 de octubre 

David Mora, periodista

El observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), monseñor Gabriele Caccia, reafirmó en cuatro intervenciones el pensamiento del Vaticano sobre el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, donde realzó las palabras del llamamiento del Papa Francisco: Busquemos soluciones que no se impongan por la fuerza, sino consensuadas, justas y estables.

Caccia mostró ante la ONU que el plan del Santo Padre es recuperar una serenidad mundial que la guerra de Ucrania ha interrumpido, ya que se generan escenarios apocalípticos por la amenaza de un conflicto atómico, antes de que sea muy tarde. Dos de las intervenciones del prelado fueron dedicadas a la crisis directamente que divide al planeta en diferentes bandos.

El observador permanente repitió palabra por palabra el discurso dicho por el pontífice el pasado 2 de octubre en el Ángelus, donde llamó a la paz a los presidentes de los dos países en conflicto y les pidió que busquen condiciones basadas en el respeto al valor de la vida, la soberanía e integridad territorial de cada país. Monseñor Caccia recordó el mismo ambiente de inquietud hace 70 años, cuando el mundo casi inicia un conflicto nuclear y San Juan XXIII habló en ?Pacem in Terris? sobre la verdadera paz entre los pueblos, la cual no es la posesión de un mismo número de armas, sino sólo de una confianza mutua.

El obispo indicó que, a pesar del ambiente tenso que se mantiene, "hay signos de esperanza en el desarme" actualmente, debido a la ratificación de seis Estados del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), por lo que Monseñor Caccia le pidió a los demás países que hagan lo mismo y alertó de lo preocupante que le parece el desarrollo de armamentos como las minas antipersona, las municiones de racimo, sistemas de armas orbitales y los misiles antisatélites; manifestó que, debido a esto, el gasto militar mundial "ha superado por primera vez los 2 billones de dólares", pudiendo se esta cantidad de dinero mejor aprovechada en promover el desarrollo humano integral  y salvar innumerables vidas.

Monseñor Caccia, en sus otras dos intervenciones, trató el tema de cómo la pandemia de Covid-19 incrementó los índices de pobreza con 77 millones de personas que viven con menos 1.90 dólares diarios, lo que supone una malnutrición generalizada y problemas de salud relacionados y finalizó recordando cómo las culturas indígenas han sido descuidadas e ignoradas, por lo que instó a promover una cultura del encuentro frente a la cultura del indigenismo "completamente cerrada, a-histórica y estática que rechaza cualquier tipo de fusión".