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Papa

Papa Francisco y el desecho de comida

Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos


·      El Santo Padre exhortó a no ver a los alimentos como una moneda de cambio

David Mora, periodista

El Papa Francisco envío un mensaje a los asistentes a la celebración del Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, donde calificó que el desecho de comida, sea por despilfarro o por dejar que se pierda, es colaborar con la "cultura del descarte", debido a que esto "se traduce en una manifestación de desinterés por lo que tiene un valor fundamental o de apego a lo que adolece de importancia".

El Santo Padre señaló que es vergonzoso y preocupante el ver tirados los alimentos en la basura o deteriorados por la ausencia de los recursos necesarios para hacerlos llegar a sus destinatarios, mientras hay personas que no pueden acceder a una alimentación adecuada y digna o, al menos, a los medios para poder conseguirla, siendo esto un derecho básico y primario en cada ser humano.

"¡En el mundo existe el alimento necesario para que nadie se vaya a la cama con el estómago vacío! Se producen recursos alimentarios más que suficientes para dar de comer a 8.000 millones de personas. La cuestión, sin embargo, se refiere a la justicia social, es decir, a la forma en que se regula la gestión de los recursos y la distribución de la riqueza", manifestó el Papa.

Francisco exhortó a dejar de tratar a los alimentos como una moneda de cambio para unos pocos, ya que son un bien fundamental para todos, manifestó que "es un escándalo que los grandes productores alienten un consumo compulsivo para enriquecerse, sin siquiera considerar las auténticas necesidades de los seres humanos" ¡Hay que detener la especulación alimentaria!". También animó la toda la comunidad internacional a movilizarse para terminar con la "paradoja de la abundancia" que ya denunció San Juan Pablo II hace 30 años en el Discurso en la apertura de la Conferencia Internacional sobre la nutrición el 5 de diciembre de 1992.

El pontífice recordó los daños que ocasiona al mundo el desperdicio de comida, tales como contribuir significativamente al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero; y con ello, al cambio climático y sus consecuencias. "La tierra que explotamos ávidamente gime a causa de nuestros excesos consumistas e implora que cesemos de maltratarla y destruirla invirtiendo el rumbo de nuestras acciones" los jóvenes, sobre todo, están pidiendo con fuerza que pensemos en ellos, que agudicemos nuestra mirada y agrandemos nuestro corazón, dando lo mejor de nosotros mismos para cuidar la casa común que salió de las manos de Dios y que hemos de salvaguardar, respondiendo con buenas obras al mal que le causamos", manifestó el Santo Padre.

Francisco terminó animando a cada persona a reorientar su estilo de vida, para evitar que nadie quede postergado y a todos les lleguen los alimentos que necesitan en buena cantidad y calidad, recordó que esto es una deuda a los seres queridos, ala generaciones futuras y a quienes se encuentran golpeados por la miseria económica y existencial.

Fuente: Vatican News