Al final de la santa misa en el atrio de la Basílica de Collemaggio, Francisco rezó con los fieles aquilanos a la Madre de Dios. En su alocución antes de la oración mariana, el Papa saludó a los que participaron, incluso a los que han tenido que hacerlo a distancia, en casa o en el hospital o en la cárcel. Agradezco a las autoridades civiles su presencia y el esfuerzo organizativo. Agradezco de corazón al Arzobispo y a los demás Obispos, a los sacerdotes, a los consagrados y consagradas, al coro y a todos los voluntarios, así como a la policía y a la Protección Civil, añadió.
En dicho lugar, que ha sufrido una grave calamidad, dijo, quiero asegurar mi cercanía al pueblo de Pakistán afectado por las inundaciones de proporciones desastrosas. Francisco reza por las numerosas víctimas, los heridos, desplazados y por la pronta y generosa solidaridad internacional.
Luego, recordando su homilía, manifestó: Y ahora invocamos a la Virgen para que, como dije al final de la homilía, obtenga el perdón y la paz para el mundo entero. Recemos por el pueblo ucraniano y por todos los pueblos que sufren a causa de las guerras. Que el Dios de la paz reavive en los corazones de los dirigentes de las naciones el sentido humano y cristiano de la misericordia. María, Madre de la Misericordia y Reina de la Paz, ruega por nosotros.
Fuente: vaticannews.va