Honrarás a tu padre y a tu madre: es a partir de este mandamiento que el Papa Francisco ofrece su reflexión en la audiencia general de este miércoles de nuevo en una abarrotada Plaza de San Pedro. Con un subtítulo: el amor por la vida vivida. Así continúa el ciclo de catequesis dedicado a los ancianos vista hoy en su experiencia de fragilidad, desconcierto, desilusión y a menudo abandono. Debemos hacer de todo para sostenerla, recomienda el Papa, en nuestras sociedades aún no hacemos lo suficiente.
Devolver el amor honrando a los ancianos
Los estados de fragilidad, observa el Papa Francisco, pueden darse en todas las etapas de la vida, pero cuando tocan la vejez provocan en los demás una especie de acostumbramiento, cuando no de fastidio, porque en cualquier caso se piensa que la vida ya ha sido vivida. El amor que se derrama sobre nuestro futuro, hace notar el Papa, no se devuelve con la misma fuerza sobre la vida que queda atrás y esto ya habla de la gratuidad del amor que los padres conocen tan bien. Pero es posible una restitución del amor, rendida en forma de honor a los que nos han precedido, un honor "sellado por el mandamiento de Dios". Francisco lo explica:
Honrarás a tu padre y a tu madre es un compromiso solemne, el primero de la segunda tabla de los Diez Mandamientos. No se trata sólo del propio padre y de la propia madre. Se trata de la generación y las generaciones precedentes, cuya despedida también puede ser lenta y prolongada, creando un tiempo y un espacio de convivencia a largo plazo con las otras edades de la vida. En otras palabras, se trata de la vejez de la vida.
Fuente: vaticannews.va