En su homilía, Monseñor Quirós motivó a la esperanza y a la alegría que son fruto de la fe en Dios y que al mismo tiempo se manifiestan en la compañía amorosa hacia quienes más necesitan en su vida ese amor, tal como los enfermos y los adultos mayores.

?En esta fiesta debemos asimilar e interiorizar como a través de la historia de la salvación Dios ha sido cercano y amoroso con nosotros?, dijo.

?Qué hermoso es que hoy proclamemos que Jesucristo ha entregado su vida por nosotros. Él nos ama y nos invita a no desanimarnos ante las situaciones dolorosas, acá está el Señor, el Buen Pastor que ha entregado su vida por nuestra salvación?, agregó.

Puso como ejemplo al propio Papa Wojtyla, quien inició su lucha desde los 9 años, y quien superando muchas dificultades llegó a ser santo, siguiendo el designio de Dios para él.

Recordó el atentado que sufrió y el gesto que tuvo de perdonar a quien disparó un arma contra él. También, mencionó que es inolvidable su paso por Centroamérica en 1983, y en particular por nuestro país. Su deseo, dijo, era acompañar a nuestros pueblos en momentos muy difíciles que se vivían en aquella época, siendo mensajero de paz.

Por eso, concluyó, San Juan Pablo II es ejemplo de cómo se debe asumir la enfermedad, que él mismo sufrió siendo adulto mayor, ofreciendo cada situación a Dios uniéndose a todos los que sufren y depositando su confianza en la intercesión maternal de la Virgen María.

Por su parte, para la Dra. Milena Bolaños, celebrar al santo patrono del hospital es importante por la misión que el mismo centro tiene, que está guiada por Dios. ?Él es el que nos anima y acompaña. Estoy segura que nuestro santo patrono intercede por nosotros para que tengamos la fuerza para sobrellevar todo lo que ha significado esta pandemia, es muy importante mantener esa espiritualidad viva entre nosotros?.

Recordó que los ancianos son personas muy espirituales y que por eso en el hospital procuran ofrecerles acompañamiento en esta parte. Destacó en este sentido la importancia de tener una capellanía, porque ?no se puede desligar la parte física de la espiritual y social y el cuidado del capellán que está pendiente no solo de los pacientes sino también del personal en este aspecto es indispensable?.

La directora llamó la atención sobre situaciones como la desintegración familiar, que repercuten en los miembros más vulnerables, como son los adultos mayores. ?Vienen con historias que nos angustian mucho?, dijo.

El Hospital Geriátrico posee 141 camas, y ofrece 35 mil consultas al año y tiene 800 adultos mayores que son visitados en sus casas.

Fuente: ecocatólico.org