(VIDEO) Mons. José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo de San José
El pasado jueves 23, tuve un encuentro con algunos candidatos que están postulando su nombre para la Presidencia de la República en las próximas elecciones. En un ambiente cercano, respetuoso y patriótico, tuve la oportunidad de manifestarles aspectos que consideré oportuno señalar.
Les expresé, cómo los costarricenses, mediante la voluntad del sufragio, a alguno de ellos (as) honrarán con la investidura de presidente de la República en las próximas elecciones del 2022. Esa ciudadanía, en ejercicio de la democracia representativa, colocará la banda presidencial en su pecho, para que guíe a Costa Rica, en el contexto de una pandemia, una crisis sanitaria que ha enlutado y traído mucho dolor a familias de compatriotas.
Algunos prefieren hablar de una sindemia, que integra lo anterior y la crisis económica, el empobrecimiento de muchos costarricenses, el desempleo, la informalidad laboral, la crisis educativa, la ausencia de una reactivación económica, la inequidad en la distribución de la riqueza, la violencia, la corrupción, el fraccionamiento social y otros asuntos de agenda nacional que ameritan la unión de todos los costarricenses en torno a su nuevo mandatario.
En el marco de una democracia participativa, abogamos por la unión de todos los costarricenses de buena voluntad y de todos los sectores sociales, productivos, académicos, científicos, culturales y otros, que quieran sacar la tarea que urge a la Patria. Y esa tarea necesariamente pasa por la atención de los más empobrecidos y vulnerables. El mismo Santo Padre ha dicho, "una política que se desentiende de los pobres nunca podrá promover el bien común". [1]
En concordancia con lo anterior, también el Papa Francisco encuentra que "la política tiene que ser la expresión más alta de la caridad" y llama a ejercer una "política no sólo para el pueblo, sino con el pueblo" . La vocación del político entonces será servir al bien común, provocando el protagonismo del ciudadano. "Ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral". (Papa Francisco, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 220).
También les manifesté cómo dentro de pocos días iniciaremos la campaña electoral y escucharemos sus voces llamando a asistir a las urnas para honrarlos con su voto, y decidir así sobre el futuro inmediato de nuestro país. Que esas voces también se levanten en los debates para enunciar las soluciones a los graves problemas nacionales. Que escuchemos no solo la enumeración de problemas, sino que lleguen a nuestros oídos respuestas y cómo se atenderán los desafíos que la historia presente les señala.
De manera específica les expresé en relación al ¿Cómo?: Indicadores de gestión y de verificación de acciones para concretar las propuestas + viabilidad política en un potencial escenario caracterizado por la fragmentación parlamentaria; carencia de una mayoría legislativa y un mandato con bajo nivel de apoyo electoral. ¿Cuándo?: Tiempo en el corto, mediano y largo plazo de la ejecución de las medidas planteadas ¿Quiénes?: Responsables de ejecución, de supervisión y de control de la gestión de medidas planteadas ¿Cuánto?: Costos y fuentes de financiamiento de cada medida planteada.
Al respecto, me atrevo a interpretar lo que espera nuestro pueblo, donde muchos muestran apatía hacia la política y sus líderes, de ustedes esperan una campaña de altura donde domine el debate de ideas y propuestas, y se deje de lado todo ataque personal.
Considero que no están solos ante los retos de la Patria, hay costarricenses dispuestos a servir con el único interés de dejar una Costa Rica mejor para las generaciones venideras. Se tiene que ver en la actual coyuntura, una gran oportunidad para salir juntos de las dificultades, y así fortalecidos como hermanos que somos, miremos hacia el futuro con mucho compromiso y esperanza. Hay necesidad de "políticas sociales y económicas que atiendan las variadas necesidades de la población y que conduzcan hacia un desarrollo sostenible"[2]
El encuentro lo finalizamos elevando a Dios la oración del Padre Nuestro, pues, todos somos hijos de un solo Padre, formamos una sola familia.