El video que les traemos a continuación es un corto de Sony Pictures Animation que ha sido nominado al Oscar.
De primera intención, no parece más que una breve historia de cómo una niña intenta alistarse para su gran día. Ha marcado la fecha en el calendario, se ha levantado temprano y tiene listo el vestido. Lo único que falta es completar su atuendo con un peinado perfecto. Como muchas niñas hoy en día, acude a un video tutorial en YouTube. Intenta seguir las instrucciones, pero no tiene el éxito esperado. Decide al fin acudir a su joven padre, pero él no está muy convencido pues es la primera vez que se hace cargo de peinar el cabello indomable de su pequeña hija. A medida que se va desarrollando la historia, veremos sin embargo que la trama va mucho más allá. Se muestra la creciente complejidad de las interacciones entre un padre primerizo y su hija. De los retos que enfrenta una familia y las dificultades que pueden superar juntos. Esta es una historia corta, pero bastante dulce. En ella, hemos identificado varios elementos apostólicos para la familia que compartimos con ustedes a continuación: 1. «Tan solo se necesita un poco de trabajo y mucho amor» Esta es la frase ancla de la madre que, aunque simple, está llena de sabiduría. En la era de la inmediatez y el facilismo, muchas veces, realizar cierto tipo de tareas o simplemente lo que nos toca hacer día a día, nos parece titánico. Es muy fácil desanimarse, incluso antes de empezar? Esta frase, sin embargo, nos indica un camino: hacer las cosas con diligencia. Investigando un poco más acerca de esta virtud, me di con la grata sorpresa que diligencia viene de la palabra «diligere» que significa: amar con delicadeza, estimar a alguien, tener cariño y respeto. Es decir, cuando se nos invita a hacer las cosas con diligencia, es en realidad una invitación no solo a hacer las cosas con amor sino por amor y respeto a alguien. Esto significará que el estudiante presentará sus tareas bien hechas y a tiempo a su profesor. El profesor será puntual en sus horarios y preparará sus clases con la debida anticipación por cariño y respeto a sus alumnos. El médico hará lo mismo por sus pacientes, el vendedor por sus clientes y el político por los ciudadanos. La Iglesia nos enseña también que el camino hacia la santidad no es hacer grandes portentos, sino hacer simplemente lo que nos toca con amor y por amor a Dios. Esto, inevitablemente, nos llevará a hacer las cosas a su debido tiempo, honestamente y con calidad. Para un brillante y breve artículo con respecto a la virtud de la diligencia, te sugiero entrar a este enlace del padre Antonio Rivero. 2. Los hijos tienen el gran poder de alentar a sus padres En el video, vemos que la niña no se conformó con menos de lo que sabía que era posible hacer. Su padre, tal vez llevado un poco por la «practicidad», intentó ponerle el gorrito y olvidarse del asunto. La esperanza y persistencia de su hija lo llevó, sin embargo, a salir de su zona de confort, a arriesgarse y a crecer como papá. Ciertamente, vemos que cada hijo es una escuela de la que los padres pueden aprender. Hay que señalar aquí, que esto no será posible si los padres no integran a sus hijos y no los hacen participar de sus actividades, experiencias, sueños y demás, si no los integran a sus vida. En efecto, en el video vemos que fue la mamá la que incluyó a su hija en los tutoriales de YouTube. Esto les permitió pasar tiempo de calidad, conocerse, aprender una de la otra y, eventualmente, inspirar al papá. 3. La tentación de rendirse es una realidad de toda familia Esta historia me recordó que san Pablo tiene una frase muy conocida y esperanzadora: «Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí» (2 Cor 12,9). No es novedad que todos tenemos dificultades para poder realizar ciertas tareas, cumplir con ciertos compromisos y alcanzar por fin algunos de los objetivos que nos hemos trazado. Esto sucede en cada familia por pequeña o grande que sea. ¿Cómo no pensar en rendirse cuando caemos en cuenta de lo mucho que nos falta conquistar? El increíble detalle de ternura que Dios tiene para con nosotros es que jamás nos deja solos en nuestras luchas. Nos infunde su gracia. Le «da fuerza al que está cansado y robustece al que está débil» (Is 40, 29). «Los que esperan en Yavé sentirán que se les renuevan sus fuerzas, y que les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse» (Is 40, 31). Y aunque para algunos, estas parezcan solo palabras bonitas, hemos de recordar lo que decía al respecto el padre Bernardo Hurault: «El consuelo en la Biblia no significa que Dios nos lleva a la resignación, o que acatemos como seres pasivos, sino que nos levanta el ánimo para que sigamos nuestra misión». 4. El amor conyugal de los padres le da contención a los hijos, une a toda la familia Creo que a estas alturas de la vida, para nadie es novedad la importancia que tiene la relación conyugal de los padres en la estabilidad emocional de sus hijos. En el video, da gusto ver la alegría y el detalle de las flores que tiene el papá para con su esposa enferma. En esa escena, se muestra un poco algo de lo que hablaba san Juan Pablo IIcon respecto al matrimonio: «En el proyecto originario del Creador, no es el hombre el que se casa con una mujer, y si las cosas no funcionan, la repudia. No. Se trata de un hombre y una mujer llamados a reconocerse, a completarse, a ayudarse en la vivencia del matrimonio». Así, la solidez de este compromiso se va a notar en el crecimiento y madurez de los hijos. En el video, esto se presenta de forma evidente por la expresión de la niña durante el abrazo grupal con sus papás. Hay además otros elementos más sutiles como las fotografías de la niña colgadas en su cuarto donde se retrata la unión de su familia y la visión que tiene ella de sí misma (heroína). Visión basada en un hogar estable que le permite tener una sana autoestima. Pidamos a nuestro Señor, aprovechando la intercesión de san Pablo, que nos mande su gracia para no rendirnos en nuestra vida personal, conyugal/familiar y laboral. Que tengamos la fuerza que nos viene de Él para luchar en contra de nuestra propia pereza, dejadez o miedo, y para luchar también en contra de las fuerzas del mal en nuestro camino: abuso, injusticia, corrupción y tantas otras que se presentan día a día. Así sea. Preguntas para reflexionar: ¿Cómo está tu familia?, ¿se apoyan unos a otros?, ¿se sostienen cuando llegan las dificultades?, ¿qué lugar ocupa tu familia en tu vida?