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Iglesia

El apóstol comparte el destino de Cristo

Obispos activos y eméritos, junto con el Nuncio Apostólico, Monseñor Bruno Musaró, concelebraron la Eucaristía del Papa

Con una misa presidida por el Nuncio Apostólico Monseñor Bruno Musaró, y concelebrada por los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, se celebró esta noche la  solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, en la Catedral Metropolitana.
Dadas las restricciones por la pandemia, el aforo del templo fue limitado, sin embargo un grupo de laicos, religiosas, diáconos y sacerdotes participó activamente de la celebración. La misa se ofreció por el ministerio del Santo Padre Francisco, pues en nuestro país se celebra, en el marco de la solemnidad, el Día del Papa.
Al principio, Monseñor José Manuel Garita, Obispo de Ciudad Quesada y Presidente de la Conferencia Episcopal, destacó la oportunidad de orar por el Papa y agradeció su magisterio sobre la fe y acerca de cuestiones de actualidad, como la crisis socioeconómica derivada por la pandemia. Monseñor saludó al Nuncio Apostólico y le pidió saludar al Santo Padre a nombre de la Iglesia que peregrina en nuestro país.
La homilía estuvo a cargo del Obispo de Alajuela, Monseñor Bartolomé Buigues, quien a propósito de las lecturas proclamadas destacó el llamado del Señor a Pedro a apacentar sus ovejas. Igual lo hizo con el apóstol Pablo, de quien resaltó la llamada especial, una elección providencial y gratuita de Cristo, que introdujo un giro completo en su vida.
Luego pasó a extraer los rasgos básicos del apóstol que se desprenden de la Palabra de Dios que fue proclamada: en primer lugar una vinculación afectiva profunda con su Maestro, Cristo, forjada en la comunión de vida y de misión, como es el caso de Pedro, o en un encuentro fuerte y vivencial con Él de Pablo, de conocimiento por revelación.
En segundo lugar, una vinculación con la comunidad de los seguidores de Cristo como el ámbito privilegiado para encontrarse con Él y para continuar la misión que les encomienda.
En tercer término, una vinculación con la misión de Cristo confiada a la Iglesia, es decir, con la evangelización, que no es otra cosa que proclamar el kerigma, la Buena Noticia de la salvación que el Padre nos ofrece en Cristo con la convicción de su fuerza para realizar lo que anuncia en aquellos que le abren corazón.
Y finalmente, el hecho de que el seguimiento configura al apóstol con el mismo destino de Cristo, hasta la ofrenda completa de la propia vida por causa del Evangelio.
"Su vida queda marcada tan totalmente por la misión de Cristo que, como Él, se vacía totalmente por ella. Ahí tenemos el martirio de Pedro y de Pablo por causa de la fe en Roma, marcando con ello esa sede como la primada entre todas por albergar su testimonio y el de sus sucesores, los obispos de Roma, los papas que el Señor ha ido regalando a su Iglesia", explicó Monseñor Bartolomé.
 
Rasgos del ministerio del Papa
 
Seguidamente, el Obispo de Alajuela se detuvo a analizar algunos rasgos iluminadores en el magisterio del Papa Francisco.
Mencionó que el Santo Padre es testigo de la belleza del encuentro con Cristo, de la acción del Evangelio como Buena Noticia de salvación que transforma la vida y la abre a la alegría.
Además, que es testigo de comunión y artífice de una iglesia sinodal, lo cual "no es un invento reciente, pertenece a la esencia de nuestra Iglesia, se recuperó con el Vaticano II". El Papa Francisco -acotó Monseñor, lo propone como algo más integral, como un modo de ser Iglesia. "Es el estilo peculiar que califica su vida y su misión, caminar juntos, reunirse en asamblea del Pueblo de Dios convocado por el Señor, con la fuerza del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio".
El Papa es además un apasionado por la misión de anunciar a Cristo como el horizonte de sentido y de plenitud, y en esa dinámica, llama a la Iglesia a ser el "lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según el Evangelio", EG 114.
Para Monseñor Bartolomé, el Santo Padre es también voz profética que invita a una sociedad nueva, escenario del Reino, una nueva dinámica social inspirada por el evangelio, una "conversión humana, social y ecológica, un cambio de paradigma socio-cultural".
Finalmente destacó su invitación a los pastores a tener olor de oveja, a caminar con el pueblo encomendado, y a la santidad, "puesto que Cristo nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada, como nos dice al comienzo de Gaudete et exultate", concluyó.
 
La roca de la Iglesia
 
Hacia el final de la celebración, el Nuncio Apostólico Monseñor Musaró agradeció, en nombre del Santo Padre Francisco, a Dios la posibilidad de celebrar este año la solemnidad del San Pedro y San Pablo, aunque con las restricciones sanitarias.
"El Papa es hoy el apóstol Pedro a quien el Señor confía el pastoreo de las ovejas de Jesús, y el pastoreo de los propios pastores, porque nosotros los obispos, como nos enseña San Agustín, antes de ser pastores del Pueblo Santo de Dios somos ovejas junto con el Pueblo Santo de Dios", dijo.
Añadió que la Eucaristía manifiesta la comunión de la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica confiada al ministerio petrino, en este momento del Papa Francisco.
¿Y de qué forma pastorea el Papa a la Iglesia?, preguntó Monseñor. Explicó que lo hace repitiendo la profesión del Pedro: "Tu eres el Cristo, Hijo del Dios Vivo", es esta la roca sobre la que Jesucristo sigue edificando su Iglesia, por eso, dijo, todas las intervenciones del Papa, y de todos los papas, se pueden resumir en esta profesión de fe.
El Nuncio Apostólico animó finalmente a los presentes recordando la promesa de Cristo de que las potencias del infierno no podrán prevalecer contra la iglesia fundada sobre la roca de la profesión del fe del apóstol Pedro. "Demos gracias a Dios por esta maravilla que vivimos siendo parte de la Iglesia", cerró. 

Fuente: EcoCátólico