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Somos ovejas de su rebaño

(VIDEO) Mensaje de Monseñor José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo Metropolitano

          

 

Al celebrar en el contexto de la Pascua a Jesucristo "Buen Pastor", reafirmamos que el Cordero inmolado por nuestra salvación es, a la vez, nuestro Pastor, aquel que demostrando su amor incondicional por las ovejas "está atento a cada uno de nosotros, nos busca y nos ama, dirigiéndonos su Palabra, conociendo en profundidad nuestro corazón, nuestros deseos y nuestras esperanzas, como también nuestros errores y nuestras decepciones".[1]

 

Debe existir una íntima relación entre el Pastor y su rebaño: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen"[2], a tanta generosidad del Señor nos corresponde a nosotros, escuchar y reconocer su voz y así, seguirle para dejarnos conducir por él como único Pastor. 

 

Seguir a Cristo y dejarse guiar por él es mucho más que la observancia común de la ley divina, es un compromiso mucho mayor. "Seguir a Cristo significa aceptar cumplir lo que él en persona mandaba y ponerse bajo su dirección al servicio del Evangelio, para la llegada del reino de Dios".[3]   Un creyente auténtico es aquel que reconoce que Jesús es lo primero en su vida: ?Seguir a Cristo no es una imitación exterior, porque afecta al hombre en su interioridad más profunda. Ser discípulo de Jesús significa hacerse conforme a él "Mediante la fe, Cristo habita en el corazón del creyente (cf. Ef 3, 17), el discípulo se asemeja a su Señor y se configura con él; lo cual es fruto de la gracia, de la presencia operante del Espíritu Santo en nosotros".[4]

 

Son muchos los dilemas que caracterizan hoy la discusión moral y en torno a los cuales se han desarrollado nuevas tendencias e ideologías, algunas con clara hostilidad e insidia contra la enseñanza de Cristo; incluso, algunos que se dicen "cristianos" adoptan algunas interpretaciones de la moral cristiana que no son compatibles con la verdad revelada: "Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el anhelo de oír novedades".[5]

 

La moda es apelar a una libertad arbitraria, a una autonomía suprema, sin relación con ninguna ley moral, con la conciencia y, menos con Dios. Para quienes así piensan, no hay ninguna verdad a la que atenerse, y en lugar de los valores permanentes y principios se habla de la moral como un constructo lleno de ambigüedades y errores impuestos. Es aún más triste constatar como esas ideologías  se nos están imponiendo a través de proyectos educativos y directrices desde altas esferas, que abiertamente las apoyan y promueven.

 

Cristo es el manantial inagotable de la verdad: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". [6]  El es el fundamento sobre el que la Iglesia se afianza y sin él, se menoscaba la verdadera libertad: "Es bueno buscar siempre. Buscar sobre todo la Verdad que no es una idea, una ideología o un eslogan, sino una Persona, Cristo, Dios mismo que ha venido entre los hombres".[7]

 

Como ovejas de su rebaño, debemos escuchar su voz y seguirle de forma radical e incondicional.  Como nos advierte el Papa Francisco, son muchos los que se dicen creyentes pero pocos los que actúan conforme a esa condición: "Pero yo creo en Dios, Dios es el único Dios. Está bien, pero ¿cómo vives este camino de vida" Porque podemos decir: El Señor es el único Dios, solamente, no hay otro, pero a la vez, vivir como si Él no fuera el único Dios y tener otras deidades a nuestra disposición "Es el peligro de la idolatría: la idolatría que llega a nosotros con el espíritu del mundo".[8]

 

Que no haya otra voz que seguir sino la de Cristo, que el ruido del mundo y las voces adversas no nos distraigan en nuestro seguimiento, antes bien, que el Espíritu Santo suscite en nosotros la convicción de Pedro: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.[9]

 

 

OH JESÚS PASTOR ETERNO DE TU IGLESIA:

DADNOS MUCHOS PASTORES SANTOS

SAN JOSÉ PATRONO DE LAS VOCACIONES:

RUEGA POR NOSOTROS

 

 

 



[1] Papa Francisco, Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, 12 de mayo del 2019

[2] Juan 10,27

[3] Juan Pablo II, 7 de diciembre de 1994

[4] Veritatis Splendor, n.21

[5] II Timoteo 4,3

[6] (Jn 8, 32).

[7] Benedicto XVI, JMJ Madrid, 21 de agosto del 2011

[8] Papa Francisco, 6 de junio del 2013

[9] Juan 6, 6-8