Responsive image

Iglesia

Por un Diálogo abierto y participativo

Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica


Recientemente, el gobierno de la República hizo un llamado a recibir propuestas para la reactivación económica del país y encontrar soluciones en medio de la pandemia. Han llamado a esta iniciativa «Costa Rica escucha, propone y dialoga». 

Creemos que la única vía para encaminar a nuestra nación es mediante el diálogo, es decir, a través de un proceso real de concertación en el cual se involucren todos los sectores tendientes al bien común. Este diálogo debe fundamentarse en la verdadera escucha y conducir a resultados concretos. 

«Sólo la solidaridad y la unidad de todos en busca del bien común, nos permitirá evolucionar hacia una dinámica positiva. Demanda esta situación mayores dosis de apertura y disponibilidad al diálogo de manera que pueda llevarnos a una concertación de unidad nacional, en la cual haya una participación justa y equilibrada de todos los sectores, que deben ser escuchados y tomados en cuenta», decíamos en nuestro mensaje del pasado 7 de agosto al concluir la Asamblea Plenaria CXX. 

Se hace necesaria, pues, la apertura extraordinaria de una mesa de concertación dispuesta a dialogar y confrontar posibles soluciones. En esto deben estar matriculados todos los poderes de la República, todos los sectores de la vida política nacional. 

Está muy bien la apertura de sugerencias, por medio de un formulario y un correo electrónico, pero esto debe enfatizarse en esos encuentros, foros, reuniones de intercambio, que también han anunciado. Muchos sectores que se han sentido sin voz requieren que los escuchen de frente. De otra manera, no vemos que pueda fructificar esta apertura de diálogo de manera real y efectiva. 

Hablando de apertura, participación y equidad, como dijimos días atrás, de manera urgente «es necesario hacer un equilibrio entre las medidas de salud y las medidas económicas. Propiciemos una apertura que vele y extreme al máximo los protocolos establecidos. Hagamos de la protección un estilo de vida». 

Pero, la desigualdad social, la pobreza, el desempleo, las condiciones de vida poco favorables para una gran mayoría de hermanos que no tienen acceso a la vivienda y a un trabajo estable, entre otras necesidades, es una lamentable realidad que viene de varias décadas atrás. 

Desde hace varios años, el Informe Estado de la Nación viene marcando claramente un diagnóstico de lo que vivimos en nuestro país por esa falta de diálogo. «Las investigaciones, basadas en fuentes de información y análisis novedosos, han permitido centrar la mirada en los cuidados que la convivencia democrática debe tener para evitar los escenarios más adversos», señalaba este estudio del año 2019, que desde luego también ahondó en una serie de problemáticas que atraviesa el país. 

La Costa Rica solidaria y más humanitaria requiere una disposición total para este fin, más allá de la pandemia. Es urgente fortalecer la democracia mediante el diálogo, la escucha y la toma de decisiones justas entre todos los sectores que conformamos este país. Habrá que fortalecer el Estado social de derecho y poner freno al ensanchamiento de la brecha social. 

Como dice el Papa Francisco, «el mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación. De hecho, no se puede realmente alcanzar la paz a menos que haya un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes» (Mensaje para la 53 Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero, 2020). Dios nos ayude a caminar por esta senda y según esta inspiración por el bien de todos. 

En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 12 días del mes de agosto del año del Señor 2020. 

 

 


+JOSÉ MANUEL GARITA HERRERA

OBISPO DE CIUDAD QUESADA

PRESIDENTE



+DANIEL FRANCISCO BLANCO MÉNDEZ.

OBISPO AUXILIAR DE SAN JOSÉ

SECRETARIO GENERAL