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Iglesia

La vida venció la muerte

Domingo de Resurrección

·         Importancia de vivir la fe con convicción

 

David Mora, periodista

La mañana del 31 de marzo, Domingo de Resurrección, se llevó a cabo la última procesión de la Semana Santa con la imagen de Cristo Resucitado, la cual salió de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y se dirigió a la Catedral Metropolitana Santuario Nacional San José.

Actores profesionales realizaron la dramatización del momento en que las mujeres llegaron al sepulcro y lo encontraron vacío. Posteriormente, salió la imagen de Santa María Magdalena delante del Resucitado representando que iba a anunciar lo que el ángel le pidió, se encontró con las imágenes de Nuestra Señora de las Alegría, San Juan y San Pedro, y posteriormente las imágenes de la Madre de Dios y de Jesucristo fueron inclinadas para saludarse.

Una vez ingresados en la Catedral, la Banda Municipal de San José entonó las notas del Himno Nacional de Costa Rica y minutos después inició la Santa Misa, presidida por el arzobispo metropolitano de San José, Monseñor José Rafael Quirós, acompañado de varios sacerdotes del presbiterio arquidiocesano.

En la homilía, el prelado destacó la importancia de la Resurrección de Cristo y cómo esta tiene que ver con la vivencia diaria de la fe; no por tradición sino por convicción.

"El Bautismo no puede, de ninguna manera, en relación a los padres católicos, hacerlo por tradición al bautizar a sus hijos, sino que el Bautismo es ese acontecimiento importantísimo al que llevan a sus hijos a participar de la vida divina. Para nosotros la celebración de hoy no ha de ser el final de la Semana Santa; porque puede existir esa idea. No, hoy celebramos a Cristo Resucitado, hoy celebramos con gran alegría, con inmenso gozo nuestra incorporación a Cristo Resucitado por las aguas bautismales. Es el día en que celebramos el acontecimiento más importante de la humanidad y de nuestra vida", manifestó el arzobispo.

Al igual que el Papa Francisco lo ha mencionado en varias ocasiones, Monseñor Quirós animó a los fieles a recordar siempre la fecha de su bautismo y a celebrar siempre esta fecha cada año.

Posteriormente, la celebración eucarística continuó como de costumbre. Con el Domingo de Resurrección da inicio las Octava de Pascua, que extiende la celebración dominical por una semana como si se tratara de un solo día.