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Papa

Fallece Vinicio

el hombre enfermo cuyo abrazo con el Papa Francisco conmovió al mundo

Probablemente no sea la primera vez que los lectores contemplan la imagen que precede estas líneas. Se trata del tierno encuentro entre Vinicio Riva y el Papa Francisco en 2013, un abrazo que dio la vuelta al mundo y que representa uno de los instantes más emotivos e impactantes del pontificado de Francisco.

El protagonista de esta imagen captada tras la Audiencia General del 6 de noviembre del año en que el Papa Francisco fue elegido sucesor de Pedro era Vinicio Riva, el italiano que sufría una enfermedad llamada neurofibromatosis desde los 15 años y que ha fallecido en el hospital de Vicenza (Italia) el 10 de enero a los 58 años.

Al saludar a los peregrinos en la Plaza de San Pedro, en un intenso gesto de amor por las personas que padecen enfermedades, el Papa Francisco se detuvo durante varios minutos para acoger en sus brazos a Vinicio. Instantes después, lo tomó del rostro y le dio su bendición.

La cercanía del Santo Padre cambió por completo la vida de este hombre y este gesto de amor le ayudó a afrontar mejor el dolor que le provocaban las heridas que tenía en todo el cuerpo. Tras el abrazo con el Pontífice, Vinicio aseguró haber dejado de un lado todas las penas.

Yo no contagio pero él no lo sabía

En una entrevista concedida a la revista italiana Panorama, el italiano de la localidad de Vicenza contó que al encontrarse con el Papa Francisco primero le besó la mano, mientras él con la otra me acariciaba la cabeza y las heridas. 

Luego me acercó y me abrazó fuerte, me dio un beso en el rostro. Mi cabeza estaba contra su pecho y sus brazos me acogían. Me abrazó fuerte, fuerte.

Intenté hablar, decir cualquier cosa, pero no pude: la emoción era muy fuerte. Ha sido poco más de un minuto, pero a mí me ha parecido una eternidad. Luego he girado para ver a mi tía y le he dicho: aquí dejo las penas, aquí se quedan las penas, añadió.

El italiano agregó en esa ocasión que las manos del Papa Francisco eran suaves, suaves y bellísimas. Su sonrisa era limpia y abierta.

Luego recordó el emotivo abrazo con el Papa: No se puso a pensar si abrazarme o no. Yo no contagio pero él no lo sabía. Lo ha hecho y ya: me ha acariciado todo el rostro y mientras lo hacía solo sentía amor.

Con una voz casi de susurro a causa de una operación que le hicieron en la garganta, Vinicio recordó con emoción ese día y aseguró que el gesto del Papa Francisco le ayudó a luchar contra la enfermedad de Recklinghausen, un extraño mal conocido como neurofibromatosis de tipo 1.


Fuente: aciprensa.com