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Papa

Mirar al Dios herido y llagado

Papa Francisco recibe empleados de la Farmacia Vaticana por sus 180 años de fundación

·         Este lugar fue el sueño y trabajo de varios papas

 

David Mora, periodista

De vez en cuando, levantar los ojos y mirar al Dios herido y llagado en el crucifijo, fue el consejo que el Papa Francisco les dio este lunes 18 de setiembre a los empleados de la Farmacia Vaticana al recibirlos en la Sala Clementina con motivo de la celebración del 150° aniversario de su fundación.

El Santo Padre saludó al presidente de la Gobernación; el Cardenal Vérgez, a la secretaria general; Sor Raffaella Petrini, al padre general; Fray Jesús Etayo Arrondo, al Consejo, al director; Fray Thomas Binish, junto a los miembros consagrados de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, además de todos los empleados y colaboradores.

Durante el discurso, el líder de la Iglesia Católica destacó que para él los farmacéuticos son "esa mano cercana y tendida que a menudo, en el ritmo frenético de hoy, no sólo reparte medicamentos, sino que transmite valor y cercanía", por lo que su trabajo depende de su "espíritu de acogida", añadiendo que "es bueno sacar del Médico celestial la paciencia y la benevolencia, y la fuerza para amar, sin cansarse".

Francisco hizo hincapié en que esta Farmacia era el sueño de uno de sus predecesores, el Papa Gregorio XVI, y que fue posible gracias al trabajo del Beato Pío IX, quien le asignó al Superior General de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios la función crear una farmacia en la Ciudad del Vaticano. Esta orden tiene una larga tradición en el área de medicamentos, por lo que el primer farmacéutico en ser nombrado fue el Hermano Eusebio Frommer, quien era un religioso fatebenefratelli.

Esta Farmacia se destaca no sólo por encargarse de los medicamentos que el Sucesor de San Pedro llegue a necesitar eventualmente, y de los miembros de la Curia Romana, sino que está llamada a ser un "suplemento de caridad"; por ello no sólo venden medicamentos, sino que atienden a las personas más frágiles y cuidan a los enfermos. Esta organización estuvo prestando sus servicios durante el Concilio Vaticano II.

"Se trata de un compromiso no sólo con los empleados del Vaticano y los residentes en la Ciudad del Vaticano, sino también con quienes necesitan medicamentos especiales, que a menudo son difíciles de encontrar en otros lugares", comentó el obispo de Roma, quien también reconoció la dedicación y el profesionalismo de cada uno de los empleados que trabajan en la Farmacia Vaticana, sobre todo en épocas donde se "requiere esfuerzo y voluntad de sacrificio".

"No es fácil para ustedes, y no es fácil en general para los farmacéuticos, en quienes pienso en este momento y a quienes quisiera dedicar un pensamiento. A ellos acuden tantas personas, sobre todo ancianos, que a menudo, en el ritmo frenético de hoy, necesitan no sólo de un medicamento, sino también atención, una sonrisa, un oído, una palabra de consuelo. No olviden esto: el apostolado del oído. Escuchar, escuchar...parece aburrido, algunas veces, pero para la persona que habla es una caricia de Dios a través de vosotros. Y los farmacéuticos son esa mano cercana y tendida, que no sólo reparte medicamentos sino que transmite valor y cercanía", expresó el sumo pontífice.

Al finalizar el encuentro, el Papa dio sus ánimos para que el servicio de la Farmacia Vaticana continúe "con generosidad", logrando que sea cada vez más eficaz y moderno, y así se dé testimonio del Evangelio dando cuidado atento y acogida solícita con todas las personas con las que entran en contacto. El encuentro concluyó con la bendición impartida por Francisco.

 

Fuente: Vatican News.