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Papa

Una Iglesia sin barreras

Mensaje es por motivo a la celebración de los apóstoles Pedro y Pablo

Por Miguel Martínez

 

Este miércoles en la Basílica vaticana se llevó a cabo el rito de la bendición de los palios, los cuales serán impuestos a los 44 arzobispos metropolitanos nombrados en el transcurso del año; esta celebración dio paso a la a Santa Eucaristía la cual fue presidida por el Papa Francisco para festejar la Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo; para esta misa se contó con la presencia de una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.

Las dos primeras lecturas tomadas de los Hechos de los Apóstoles que dan testimonio de Pedro y Pablo inspiraron las palabras de Francisco al destacar la actitud de ambos apóstoles ante la persecución, la prisión y la muerte. En primer lugar, Pedro que, arrojado a la cárcel por Herodes, es despertado por un ángel que lo conmina a levantarse rápido para liberarlo. Luego, Pablo que resume su vida y su misión como un "buen combate". Dos aspectos, levantarse rápido y pelear el buen combate, que, a decir del Pontífice, pueden ayudar a las comunidades cristianas a abordar el proceso sinodal en curso.


El Sínodo que estamos celebrando nos llama a convertirnos en una Iglesia que se levanta, que no se encierra en sí misma, sino que es capaz de mirar más allá, de salir de sus propias prisiones al encuentro del mundo. Una Iglesia sin cadenas y sin muros, en la que todos puedan sentirse acogidos y acompañados, en la que se cultive el arte de la escucha, del diálogo, de la participación, bajo la única autoridad del Espíritu Santo. Una Iglesia libre y humilde, que "se levanta rápido", que no posterga, que no acumula retrasos ante los desafíos del ahora, que no se detiene en los recintos sagrados, sino que se deja animar por la pasión del anuncio del Evangelio y el deseo de llegar a todos y de acoger a todos", expreso el Santo Padre. A si mismo el Papa describió las vidas de Pablo y Pedro como "un buen combate" por las "innumerables situaciones, a veces marcadas por la persecución y el sufrimiento, en las que no escatimaron esfuerzos para anunciar del Evangelio de Jesús", el Santo Padre advirtió que muchos no están dispuestos a acoger a Jesús y prefieren "ir tras sus propios intereses y otros maestros". 


Fuente: Vaticannews.va