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Iglesia

Orientaciones para Semana Santa 2021

Conferencia Episcopal de Costa Rica emite comunicado

 

 

El pasado  Miércoles  de Ceniza, al publicar la  Nota  para los  Obispos y las Conferencias  Episcopales  sobre  las  celebraciones  de  la  Semana  Santa 2021 (Prot. N. 96/21), la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos reconocía la dificultades que, a lo largo de estos meses, han generado algunas de las decisiones tomadas «para garantizar que los sagrados misterios se celebraran de la manera más eficaz posible para nuestras comunidades, respetando el bien común y la salud pública». No obstante, dicha Instancia romana invitaba a continuar en ese mismo esfuerzo, pues en algunos aspectos ha pedido que se repita la experiencia del año pasado (Prot. N. 154/20).

En esa misma línea de comunión universal, los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica invitamos a todos los fieles "sacerdotes, diáconos, consagrados, consagradas y laicos" a mantenerse en ese espíritu de auténtica caridad que les ha identificado con Cristo. Es  necesario que «nuestras celebraciones litúrgicas y nuestros actos de piedad popular [sigan siendo un espacio para] experimentar el amor de Dios en medio de la brisa suave que Elías encontró en el monte Horeb» (Orientaciones de la Conferencia Episcopal de Costa Rica para las prácticas cuaresmales en el año 2021, 11 de febrero de 2021).

Por lo tanto, para la celebración de la Semana Santa que se aproxima:

1.       Obsérvese estrictamente la indicación de no realizar ningún tipo de procesión, Via Crucis, o actividad similar.

2.       El Domingo de Ramos, en la Misa principal, para conmemorar la entrada del Señor en Jerusalén, hágase una adaptación de la «Segunda forma: Entrada solemne» (Misal Romano, 256). Que los fieles se ubiquen en sus lugares y desde allí participen de los ritos que el sacerdote, acompañado de los servidores necesarios, realizará en la puerta de la

iglesia.    En las demás celebraciones, empléese la «Tercera forma: Entrada sencilla» (Misal Romano, 256-257).

3.       Comunicamos de manera conjunta la decisión que cada Obispo diocesano ha tomado para su respectiva diócesis: permitir que este Jueves Santo todos los sacerdotes puedan celebrar unasegunda vez la«Misa de la Cena del Señor» (Misal Romano, 256). Al programar ambas celebraciones eviten que la primera sea tan temprana que desdiga de su naturaleza y que la segunda se ubique en un momento  significativamente menos tardío que la Vigilia pascual.

4.       En cualquier caso, se omitirá el gesto del lavatorio de los pies y el traslado del Santísimo Sacramento al «lugar de la reserva» (que entre nosotros generalmente denominamos «Monumento»). La Misa tendría la estructura habitual de toda Celebración eucarística, salvo por la recepción de los óleos; que podrá realizarse en las parroquias de aquellas diócesis que programen la Misa Crismal en los días anteriores al próximo Triduo Pascual.

5.       El Viernes Santo sólo tendrá lugar la «Celebración de la Pasión del Señor», que no debe realizarse más de una vez en cada parroquia. La postración, con la que dicha liturgia da inicio, se realizará solamente en el caso de garantizar los cuidados sanitarios que aseguren la salud del sacerdote y demás asistentes, de lo contrario, será suficiente con que el sacerdote se mantenga de rodillas (Misal Romano, 292).

6.       Durante la oración universal de los fieles, en la que volveremos a agregar la petición «en tiempos de pandemia» que se introdujo el año pasado, se permanecerá de pie en todo momento.

7.       Para la «Presentación de la Santa Cruz», sea que se realice la primera o la segunda forma, se recomienda que los fieles hagan una inclinación profunda cada vez que se repite la aclamación «Vengan adoremos» (Misal Romano, 298-299). En cambio, después de la adoración personal que el sacerdote realizará según lo indican las normas respectivas, se invitará a los fieles a ponerse todos de rodillas para adorar conjuntamente la cruz (Misal Romano, 299).

8.       Para distribuir la Sagrada Comunión, se traerá la Sagrada Reserva desde el sagrario, en donde fue colocada al final del día anterior. Concluido este momento, de ser posible, la Reserva Eucarística se llevará fuera de la iglesia (Misal Romano, 307-308).

9.       Sabemos que el tercer día del Triduo Pascual es el domingo y que "por su misma naturaleza" la Vigilia pascual debería al menos introducirnos en las primeras horas de ese día glorioso, al cual los cristianos siempre hemos reconocido una especial fuerza sacramental. Sin embargo, las circunstancias de este año "con las posibles restricciones sanitarias  que se vayan a establecer para ese momento" harán necesario que la Vigilia pascual se realice un poco más temprano, de modo que todos los fieles puedan estar en su casa antes de que empiece el tiempo de restricción. Téngase en cuenta, no obstante, que la Vigilia pascual, madre de todas las vigilias, debe programarse en una hora más tardía que cualquier otra celebración litúrgica del año.

10.La Vigilia pascual no tendría que realizarse con premura alguna de tiempo. Pero en las condiciones actuales, recomendamos que se ponderen bien los tiempos al escoger el número de lecturas y al decidir si es propicio celebrar el sacramento del Bautismo. En ningún caso convendría que el ritmo celebrativo tenga que acelerarse desmedidamente, pues eso iría contra la dimensión festiva y solemne de esta celebración.

11.En cuanto a la celebración del Sacramento de la Reconciliación, manténgase lo que ya hemos pedido en otras ocasiones. Sobre todo, garantícese una vivencia sacramental que exprese el misterio que allí se celebra y que custodie la integridad personal del confesor y los penitentes.

12.En todo lo demás, continuemos observando con sumo cuidado los protocolos sanitarios que sobradamente hemos dado a conocer. No sólo por el cuidado de unos y otros con el que expresamos una auténtica caridad sino también por el testimonio de integridad en la fe que con ello estaremos dando.

Que las celebraciones de la Semana Santa sean un nuevo cenáculo para todos nosotros. De tal forma que unidos en la oración y aleccionados por la actitud siempre esperanza de la Virgen María y San José, esperemos confiados a que la luz del Resucitado continúe guiando y fortaleciendo nuestra vida.



En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 3 días del mes de marzo del año del Señor 2021.


 

 

+JOSÉ MANUEL GARITA 

OBISPO DE CIUDAD QUESADA

PRESIDENTE

 

 +MARIO ENRIQUE QUIRÓS 

OBISPO DE CARTAGO VICEPRESIDENTE

PRESIDENTE DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA

 

+ DANIEL FRANCISCO BLANCO 

 OBISPO AUXILIAR DE SAN JOSÉ

 SECRETARIO GENERAL